Flexibilidad, colaboración y liderazgo: redefiniendo el ADN laboral

09.01.2025

Asegurar el futuro empresarial requiere la toma de decisiones constantes y la adaptación a nuevos escenarios en pro de la estabilidad y el crecimiento.

Asegurar el futuro empresarial requiere la toma de decisiones constantes y la adaptación a nuevos escenarios en pro de la estabilidad y el crecimiento. Y si bien el éxito es un objetivo muy común entre las empresas, al final, son indicadores como el crecimiento, la satisfacción de equipos, el plan de carrera, entre otros, los que evidencian el trabajo realizado desde adentro, que, a su vez, impacta en todos los públicos de interés de la compañía.  

 

Algunos de los elementos claves que se deben tener en cuenta para promover el desarrollo interno de la empresa son el manejo de la tecnología emergentes, la capacitación de los colaboradores, la flexibilidad laboral, y la humanización laboral. La integración de estos factores no solo mejora el desempeño, sino que también asegura un futuro sostenible y próspero para el tejido empresarial, considerando en primera medida la gestión del talento. 

 

La evolución en la gestión del recurso humano  

 

La flexibilidad se debe entender como la posibilidad de ajustarse a las necesidades de la fuerza laboral que están en constante evolución. Los colaboradores buscan trabajar de acuerdo con sus preferencias y necesidades personales, y en la medida en que estas son atendidas, se crea un entorno de mayor compromiso y satisfacción. Para que esto funcione, es fundamental establecer un tejido laboral de confianza donde los empleados sientan que pueden gestionar su tiempo y su espacio de trabajo de manera efectiva. 

 

Bajo esta lógica, el uso y manejo de tecnologías emergentes se ha convertido en un pilar fundamental, permitiendo a las organizaciones innovar y optimizar procesos. El trabajo híbrido, por ejemplo, viene tomando más popularidad puesto que permite solucionar necesidades tanto laborales como personales sin implicar limitaciones físicas.  

 

Cabe destacar que las empresas pueden implementar otras políticas de trabajo flexible que se adapten a las circunstancias personales de cada empleado, como horarios flexibles, la opción de trabajar remoto y una cultura que valore el equilibrio entre la vida laboral y personal. Estas medidas no solo benefician a los colaboradores, sino que también impactan positivamente en la productividad y en la retención del talento. 

 

Por otro lado, las empresas deben estar en capacidad de promover la colaboración intencional. Esto significa que los equipos deben entender y decidir el mejor camino para actuar e impulsar la innovación. Aunque el trabajo híbrido es clave y útil para los colaboradores, no se puede descartar que las interacciones cara a cara fortalecen las relaciones, y así mismo, fomentan la cercanía y el trabajo en grupo.  

 

Para leer el artículo completo te invitamos a leer nuestra revista: Revista Okonomía 

¡No te lo pierdas!